lunes, 16 de junio de 2014

EL VIEJO SUEÑO DE VOLAR

Siempre quise volar, sentir el viento en mi cara en mi cuerpo y poder creerme un poquito pajarito; le di mil largas y todavía no entiendo por qué, o mejor dicho creo que ya me di cuenta que muchas veces le damos mas importancia a otras cosas, que a cumplir con el único equipaje que nos acompañará después de la muerte. Es chistoso le damos más importancia a la casa, el carro, la ropa, las cosas y poco a lo realmente importante… las experiencias. La cara de asombro cuando dije que iba a volar en parapente fue total, mi esposo y mis padres me dijeron te enloqueciste? Pero que te pasa?; mis hijas en cambio se emocionaron un resto y hasta pidieron su turno!!!
La experiencia fue increíble, aunque debo confesar que al principio me asuste un poco, pues estaba literal a un paso de volar y solo me di cuenta cuando al fin, di un paso al frente; de ahí en adelante la cosa cambio y solo pude disfrutar, sentir el aire en mi cara, en mis brazos, me sentí tan libre, tan liviana, el silencio que se percibe desde las alturas es fenomenal (esto no pensé decirlo nuuunca) y por supuestoooo, lo mejor la vista, el inmejorable horizonte.
Ahora que finalmente volé en parapente, les puedo decir que lo hagan!!!!! Para mañana es tarde yo lo haría todos los días de la vida; también me atrevo a decir que la plata mejor invertida definitivamente será la que nos procure una gran felicidad y satisfacción, y esto no logran las cosas, lo logran las emociones y las experiencias, esas que construyen buenos recuerdos, esas para las que nacimos. Por ahora seguiré volando aunque sea solo mentalmente.