Hace unos años fui defendida en una reunión en la que no estaba presente, allí varias mujeres manifestaron el desacuerdo con respecto a logros profesionales que he tenido y que no estaban siendo reconocidos.
Cuando me enteré estaba maravillada, porque ese acto de defensa es en realidad una verdadera acción de sororidad que me alegró mucho que ocurriera, obviamente porque fui protagonista, pero más allá de esto porque considero que un verdadero feminismo es aquel que genera apoyo de género, aquel que admira y comunica sin miedo, aquel que apoya sin esperar recompensa.
Estoy inmensamente agradecida con aquellas mujeres que no guardaron silencio y que fueron empáticas conmigo, agradezco su valentía, su voz y su fuerza, porque ese día lo hicieron por mí, y estoy segura que lo han seguido haciendo por otras mujeres y por ellas mismas.
Gracias por tener actos honestos de verdad muestran la sororidad y le dan sentido a la reivindicación del género femenino.
