Las grandes vivencias nos dejan buenos recuerdos y una satisfacción grande o por lo menos eso espero que sientan los estudiantes que decidieron ver una materia llamada planeación de eventos empresariales, y que como reto final quisieron hacer prácticos todos los temas vistos en clase.
Afortunadamente pasaron por todas las fases esperadas, es decir las vistas en clase y toooodas aquellas que aparecen gratis en este tipo de situaciones; digo afortunadamente porque lo inesperado pone aprueba los nervios y nos obliga a ser recursivos y creativos, obviamente la presión es la protagonista pero la satisfacción debería ser siempre la consecuencia y eso es lo que espero que tengan en su cabeza y en su corazón este grupo de estudiantes de eventos empresariales.
Desde ya quisiera ver la cara que ponen cuando recuerdan el perro que insistió en entrar al coliseo, durante las 5 horas de evento, o la colmena de avispas que cayó del techo durante el montaje el día antes del evento, o los zapatos rojos lindos pero maltratadores y los sacos con corbata hermosos pero acaloradores, o la cara de los asistentes cuando el ponente colado saco de contexto el tema central del evento. Todos estos percances y otros más hacen que en la organización y ejecución del evento hayan aprendido ms que de cualquier otra manera; claro está el recuerdo puede ser amable y jocoso o doloroso y tortuoso, yo me quedaría con la primera opción, así en unos años podre reírme de todo lo que sucedió.